lunes, junio 30, 2008

Queen- We will rock you

Ya se han acabado los vuelos, las horas de sueño a destiempo, las maletas que nunca se deshacían del todo, los preparativos de última hora, el nudo en el estómago durante las turbulencias, las carreras por los aeropuertos... Durante este mes, mis oídos se han llenado de música, mi boca de sonrisas, mis ojos de magia, mi nariz de otros salitres y mis manos de caricias. Muchos momentos inolvidables, recuerdos que espero que nunca se borren de mi memoria. Gracias a todos, aunque nunca lo leáis aquí, lo sabréis de cualquier otra forma. Dejo un trocito de subidón que viví este fin de semana con esta canción de fondo. Esperando la próxima.


jueves, junio 26, 2008

Bob Dylan- Just like a woman

Cada vez que oigo una armónica, pienso en Bob Dylan. Echo de menos este instrumento en los músicos de hoy en día. Le da un sonido tan especial a las canciones que las convierte en iconos atemporales. Afortunados los que puedan ver al Maestro (con permiso de Chaouen) en su periplo español. Noche de insomnio por delante, demasiado calor y demasiados nervios antes de emprender el vuelo otra vez. No me gustan los aviones, pero en menos de un mes sumaré ocho travesías por los cielos. Espero que las turbulencias no me hagan volver a clamar por un Lexatin. Menos mal que el mp4 hizo las veces del ansiolítico y dejé de agarrarme al asiento como si fuera mi tabla de salvación. Con Dylan de fondo, me reencuentro con Medem en la tele. Feliz noche de insomnio.


martes, junio 24, 2008

Rafa Pons- Luna

Habla Carlos Chaouen de la luna en su blog o, más bien, nos muestra el mágico satélite. Cuando era niña y no podía dormir, mi primo me decía que mirara a la luna porque te contaba cuentos. Muchos años después, sigo creyendo que es así. Hoy se hace más pequeña la luna, mengua como mis días de relax. Un toque extraordinario tiene que haber en algo que es visible desde todos los rincones del planeta. Fuente de inspiración para artistas, el influjo de la luna está más presente en nuestras vidas de lo que pensamos. Cambia la luna y los hospitales se llenan de bebés que asoman al mundo. Y no hay que olvidar que el mar baila al antojo del cuerpo celeste. A veces, las cosas más lejanas son las que tienen mayor poder sobre nosotros, ya sea un recuerdo añejo, una canción que lleva años escondida en el último CD de la estantería o un satélite que nos hace burla desde el cielo desde el principio de los tiempos.


lunes, junio 23, 2008

Los Enemigos- Entonces, duerme

La lluvia amenaza con apagar las hogueras que se prenderán en la ciudad en poco menos de dos horas. Guerra de elementos en la noche mágica por excelencia. A ver quién gana. Hoy me apetece escuchar rock en español, como el que hacían estos tipos. Y qué versión de un clásico de Rosendo. Perfecta banda sonora para una noche de rock & roll acompañada de amigos que se lían la manta a la cabeza por menos de nada. Arena mojada y el romper de las olas de fondo. Fuego que brotará en la playa para alejar a los malos espíritus y así no vuelvan a perturbar nuestros sueños.


domingo, junio 22, 2008

Tesla- Love song

Miel con limón, ibuprofeno, Lizipaina y litros de agua. Remedios contra la afonía que, en realidad, no sirven de mucho. Así que no me queda otra que resignarme y guardar palabras para dar tregua a mis lastimadas cuerdas vocales. No será por mucho tiempo, el jueves toca volar de nuevo. Será el último viaje porque las vacaciones llegan a su término. Días para recordar con una amplia sonrisa, que es todo un logro. Y aún queda la traca final. Banda sonora del fin de semana o cómo hacernos tocar el cielo con seis cuerdas.


jueves, junio 19, 2008

Rosendo- Flojos de pantalón

Improvisados pantalones pirata porque el pronóstico del tiempo marca altas temperaturas para el fin de semana. Mi pronóstico particular son nuevas marcas, con lo que mi bronceado será todavía más extraño. Viaje de esos que "molan": en furgo y con los colegas. Y, por supuesto, con las canciones que han estado presentes en nuestras juergas a lo largo de los años. A este paso, afónica antes de llegar a destino. En el repertorio no podía faltar Rosendo, cuya música va asociada a mi niñez a través de mi hermano, que devoraba discos de Chapa en su adolescencia y yo de rebote. Veinte años han pasado de aquel "Jugar al gua", pero esta canción no ha perdido ni un ápice de actualidad. Por desgracia, los que viven del cuento no son exclusivos de esta época. Ya se sabe, siempre ha habido clases. Pero yo me quedo con el de Carabanchel.


Flojos de pantalón - Rosendo

martes, junio 17, 2008

Carlos Chaouen- Buenos Aires

DESDE LA TERRAZA

Ya les he contado alguna vez, creo, lo mucho que me gusta sentarme en la terraza de un bar, a ver pasar la vida. Las terra­zas de los bares son oje­adero clave, atalaya im­prescindible a la hora de mirar despacio, sin prisa, intentando desentrañar los porqués de las cosas y de las gentes. Cada cual se lo monta como puede, y algunos de nosotros necesitanos esas treguas de la vida. Así que procuro utilizarlas. Algunas de mis terrazas son apostaderos fijos, lugares conocidos adonde me encamino sin meditarlo siquiera; y otras veces sitios nuevos, de los que me apresuro a tomar gozosa posesión. Entonces abro un libro, pido un café o un jerez, y leo un rato levantando la cabeza entre página y página. Alguien que pasa, un modo de andar, una mirada, un gesto, unos zapatos, una sonrisa, pueden cobrar de pronto significados apa­sionantes y reclamar su propia historia, real o ima­ginada, estableciéndose misteriosos lazos entre lo que lees y lo que ocurre ante tus ojos.

En ésas estaba el otro día, en un puerto del sur, recién desembarcado de un mar sin viento que se fundía con el cielo cubierto de nubes. Un mar quieto, denso y gris como el mercurio, con algunas gaviotas planeando sobre los pesqueros abarloados en el muelle. Releía el primer tomo de El cuarteto de Alejandría, de Durrell, reflexionando sobre el modo tan curioso en que cambia un libro cuando lo lees de nuevo, diez o quince años después –aun­que tal vez quien cambia no sea el libro, sino tú—. Pasaba las páginas de Justine, les decía, cuando enfrente se detuvo una pareja. Eran muy jóvenes,con aspecto de estudiantes. A él le calculé dieciocho o diecinueve años. Ella era sólo un poco más joven, y muy guapa, con tejanos y piernas largas. Parecían discutir, molestos por algo, y cuanto más sonreía él más enfadada parecía ella. De pronto él hizo un gesto para besarla, y ella apartó la cara, alejándose con brusquedad.

La palmaste, compañero, pensé para mis aden­tros. Pero me equivocaba. Oí cómo el chico la lla­maba: Marisa, Isa o algo parecido. Entonces ella se detuvo a los pocos pasos, se volvió, y no sé lo que le vería en la cara; pero caminó de nuevo hasta él, y se abrazaron, y empezaron a besarse con tanto apasionamiento como si fueran a comerse los higa­dillos. Y él retrocedió hasta apoyar la espalda en la pared, y ella lo empujaba sin dejar de besarlo, y se dieron doscientos besos en minuto y medio, o a lo mejor fue sólo un beso desaforado y magnífico que duró minuto y medio, vaya usted a saber. Y dejé al amigo Durrell sobre la mesa y me los quedé mi­rando francamente, sin reparo alguno, fascinado por la maravillosa escena. Y una señora que estaba con su marido en la mesa de al lado, interpretando mal mi mirada, se volvió hacia mí, y comentó "qué poca vergüenza", creyéndome tan escandali­zado como ella de los mordiscos que se atizaban los jovencitos. Y entonces solté una carcajada que la dejó, me parece, un poco perpleja; y me estuve riendo así, en voz alta, un poco más todavía, sin poderme aguantar aquella alegría insolente y vital que me sacudía el cuerpo, mirando a los jóvenes que seguían a lo suyo. Me habría levantado en ese momento para ir a darles, a mí vez, un beso a cada uno, de no tener la certeza de que iban a entender­me mal. Así que me quedé sentado, claro, viendocómo por fin se iban agarrados el uno al otro por la cintura, besándose todavía de vez en cuando.

Y les dediqué un largo sorbo de Tío Pepe. A tu salud, Isa, Marisa o como te llames, pensé. Porque un día dejaréis de besaros, o besaréis a otros, o ya no os besará nadie, y seréis imbéciles de corazón seco como aquí, mi vecina la beata Gregoria. O tal vez os rompáis la crisma en una carretera, o se os lleve un cáncer a los cuarenta, o a lo mejor no. Y la vida, que es muy hija de puta, os traerá de aquí para allá, y os dará unas cosas y os quitará otras, y vete tú a saber. Pero lo que nadie podrá quitaros es que esta maña­na gris la habéis pintado de calor, y de ternura, y de ganas de comeros el alma el uno al otro. Y ese momento, vive Dios, ha sucedido y ya no os lo podrá arrebatar nadie, nunca. Y cada día, cada hora en que aún podáis besaros así, antes de que llegue cualquiera de los miles de finales que os aguardan, es una victoria arrebatada al azar absurdo de la muerte y de la vida.

Así que anda y que te jodan, vida, me dije Y aún sonreía cuando abrí de nuevo Justine y seguí leyendo.


Patente de Corso- Arturo Pérez-Reverte.




Porque sólo un maestro como Pérez-Reverte puede plasmar la esencia del carpe diem en un texto. Y sólo otro como Chaouen logra convertir la añoranza en poesía hecha canción.

lunes, junio 16, 2008

M. Ríos, J. Sabina y V. Manuel- El blues del autobús

El mercurio apenas se ha dilatado. Ya puedo pisar las calles de esta ciudad que desde ayer es un estallido de alegría. Y yo viéndolo por la tele, qué injusticia. He comprobado que el desdén como mecanismo de defensa no funciona y se me agotan los sistemas de protección. Menos mal que toca hacer la maleta de nuevo para regresar a lugares añorados, pero en los que, a buen seguro, viviremos nuevas experiencias. Y siempre con la música como guía, como si estuviéramos a bordo del famoso autobús de Miguel Ríos.


domingo, junio 15, 2008

Elvis Presley- Fever

Con fiebre, aunque poco tiene que ver con la canta el Rey.


jueves, junio 12, 2008

Sexy Sadie- A scratch in my skin

Recupero prendas de ropa que creía perdidas. Salgo a toda prisa para comprar regalos. La casa se llena de gente querida a la hora de comer. Ahora, tranquilidad a ritmo de esta preciosa canción. Un té verde y lista para ir a por unos zapatos nuevos, de tacón, para pisar bien fuerte.


miércoles, junio 11, 2008

Southside Johnny & the Asbury Jukes- I don´t want to go home

Qué bien sienta vaguear. Y escuchar canciones como ésta tumbada en la cama, sin obligaciones laborales por par de semanas. Concentración de celebraciones el sábado, muchos cumpleaños en fechas muy cercanas provocan acumulación de festejos. Ya casi no me duele el cuello y la comida sana ha hecho milagros en mi organismo. Ya sólo falta que la lluvia incesante se detenga y dé paso al sol.


martes, junio 10, 2008

Luis Ramiro- Cuerpos a la deriva

Me encanta esta canción de Luis Ramiro porque provoca un subidón de energía. Qué ganas de volver a ver un concierto suyo, me sorprendió gratamente su manera de desenvolverse sobre un escenario. Y qué aspecto de buen tipo, una cualidad más a admirar. Semana de relax, más o menos, por delante. Mi cuerpo ya empieza a pasar factura a la falta de descanso y desorganización total de mi alimentación. Así que me toca tranquilidad y comida sana para afrontar la segunda parte de las vacaciones, en la que volveré a coger la maleta para disfrutar de mucha música en directo. Y ya planeando el resto del verano, en el que, probablemente, repìta visita a Barcelona a finales de julio. Y espero bañarme en las playas de Cádiz en agosto. Me falta un viajecito a Madrid, que ya tengo ganas de volver a pasear por Chamberí. Pero estos días tengo ganas de Asturias, que la echaba de menos. En ningún sitio como en casa.


lunes, junio 09, 2008

U2- I still haven´t found what I´m looking for

Recuperando el sueño atrasado, en esas estoy. Y preparando las celebraciones del próximo fin de semana, a ver si el tiempo acompaña. Ahora que vengo de tierras irlandesas, me apetecía escuchar a U2. Recuerdo ver el vídeo de esta canción en la televisión cuando se editó el single, creo que era en Rockopop. Conversaciones sobre los alicientes de la vida. Tranquilo, cuando los objetivos que nos mueven ahora se agoten, surgirán otros nuevos.

domingo, junio 08, 2008

Queen- Somebody to love

Me acosté pasadas las 2 de la madrugada, me despertó a las 4 un mensaje un tanto surrealista y otro, 13 minutos más tarde, volvió a perturbar mi descanso. A las 5.30, en pie. Tres países en siete horas. Tanto paseo por aeropuertos no podía traer nada bueno, crucemos los dedos para que no pase nada y las noticias no vuelen. Con la maleta aún a cuestas, un vuelco al corazón. De nuevo, caigo en la espiral. Y me encanta. Me voy a dormir con el recuerdo de una cerveza en un pub con la música de Queen de fondo.

jueves, junio 05, 2008

Thin Lizzy- The boys are back in town

Nada mejor que Thin Lizzy para ponerle fondo musical a mi viaje a Irlanda. Tres días que habrá que aprovechar al máximo para disfrutar de una de las ciudades con más encanto del mundo. No puedo evitarlo, me encanta Dublín. Sus calles, sus edificios, sus pubs (no veo la hora de tomarme una pinta en uno de esos genuinos lugares) y, sobre todo, el verde que inunda todos los paisajes irlandeses. Mañana volveré a tararear este himno de mi irlandés favorito cuando cruce los puentes del río Liffey. Spread the word around, guess who's back in town.


miércoles, junio 04, 2008

Paco Bello- No sabes cuanto te he querido

Caminar sin ti no es del todo andar. Cómo me gusta esta canción de Paco Bello, qué delicia a pesar de la tristeza que respira. En días de constante subidón, no quiero pararme a pensar en el momento de la bajada que, a buen seguro, llegará porque así tiene que ser. Y cuando eso pase, me aseguraré de estar bien provista de canciones tristes que, paradójicamente, son las únicas que ayudan a superar el bache. De madrugada, sienta bien escuchar esta hermosa melodía. En unas horas, estaré de nuevo entre las nubes, literal y figuradamente. Tocará detener el vuelo, pero ahora sólo quiero volver a darle al play.


martes, junio 03, 2008

The Beatles- Hey Jude

Recuperando el contacto con el suelo, poco a poco. Pero la maleta sigue en mi habitación, lista para ser llenada el jueves. Otro mar, otro salitre que inundará mis sentidos. Mi canción favorita de los Beatles suena de fondo mientras hago la lista de las cosas que necesito para el viaje. Qué dulce cansancio, qué fantásticos nervios en el estómago. Amor fraternal a raudales. Recuerdos que aparecen, de pronto, sin necesidad de mirar una fotografía. Ya estamos en junio y me encanta.


lunes, junio 02, 2008

Bon Jovi- Livin´ on a prayer

En las últimas 24 horas he temblado, reído, llorado de emoción, abrazado, besado, cantado, despedido de amigos que habitan en otras tierras, cogido un avión, sentido más mi corazón que el resto de mi cuerpo, comprado un libro, tomado una cerveza con los de siempre, encontrado confetti en todas las prendas de ropa que llevaba, contemplado un espectáculo de fuegos artificiales, quedado afónica, sonreído, quemado por el sol, abierto regalos, conocido un puñado de buena gente, devorado un desayuno, escuchado mi canción favorita, estrenado una camiseta, jugado con mi sobrino, contestado mensajes y llamadas durante todo el día y cambiado de cifra en mi marcador vital. Supongo que es una buena aproximación a lo que se suele llamar vivir la vida. Y tengo toda la intención de repetir.