El mundo es un pañuelo. Ésta es la conclusión a la que llegamos las tres después de enlazar historias diferentes pero con muchos puntos en común. Y así pude comprobar como cambiaba mi punto de vista al conocer las perspectivas de otros. Cosas que no son lo que parecen, o sí. Siempre me ha resultado curioso el tema de los seis grados de separación. Aunque parezca increíble, estamos más intercomunicados de lo que pensamos y eso, a veces, puede generar sorpresas, buenas y malas. Y así, convergemos en el mismo lugar, en situaciones paralelas pero con desenlaces distintos. A su vez, otros coinciden en mesas colindantes o en un bar insomne. Cada uno con nuestra historia hasta que, de pronto, nos damos cuenta de que, no sólo recorremos nuestro camino, sino también las sendas que marcan los que nos rodean.
Ahora me queda esa sensación de desconcierto que produce la certeza de no estar al mando. La vida no se puede controlar porque es demasiado complicada y atañe a todas las personas que se encuentran a seis grados de separación. Así son las cosas. De nuevo, el binomio universal. Las penas y las semillas.
You and I - Foy Vance
Hace 2 horas
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