Quizá es porque llevo mucho tiempo guardando palabras. Probablemente, porque nunca he encontrado la oportunidad o la forma precisa de juntarlas. Y tengo el estómago lleno de letras que vuelan en mi interior, rebotan en mis entrañas con ansias de libertad. Frases deshilachadas que se me caen de la boca cuando sueño. Los verbos me hacen cosquillas en la lengua en su búsqueda del aire y los adjetivos se traspasan por las yemas de mis dedos. El abecedario al completo se agita en mi sistema nervioso y me produce crisis silábicas. Curiosa paradoja vivir entre palabras y no saber pronunciar las únicas que importan.
María La Portuguesa - Marazu
Hace 3 horas
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