Cada vez que oigo una armónica, pienso en Bob Dylan. Echo de menos este instrumento en los músicos de hoy en día. Le da un sonido tan especial a las canciones que las convierte en iconos atemporales. Afortunados los que puedan ver al Maestro (con permiso de Chaouen) en su periplo español. Noche de insomnio por delante, demasiado calor y demasiados nervios antes de emprender el vuelo otra vez. No me gustan los aviones, pero en menos de un mes sumaré ocho travesías por los cielos. Espero que las turbulencias no me hagan volver a clamar por un Lexatin. Menos mal que el mp4 hizo las veces del ansiolítico y dejé de agarrarme al asiento como si fuera mi tabla de salvación. Con Dylan de fondo, me reencuentro con Medem en la tele. Feliz noche de insomnio.
María La Portuguesa - Marazu
Hace 17 horas
2 comentarios:
Pues no esta nada mal pasar una noche de insomnio con Medem en los ojos y Bob Dylan en los oídos.
Disfruta de tus viajes... y del calor (aunque por las noches es insoportable aquí también).
un beso,
Vanessa
Pd: creo que es una de las cosas que más me gustan de Quique González, cuando, de repente, saca la armónica... ;)
buen viaje!
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