Decía ayer Daniel Cohn-Bendit en un reportaje de televisión que, hoy en día, es más difícil ser joven porque no tenemos futuro. Decía el que hace 40 años fuera líder de la revolución que azotó Francia en mayo del 68 que, en su época, todo era posible. Aquellos muchachos no habían sufrido el paro, el miedo al SIDA y tampoco la globalización, entre otros muchos males que aquejan a la sociedad actual. Y así hemos crecido, sabiendo que el mundo es un lugar peligroso en el que reina la injusticia. Cumplimos años y seguimos sin soñar con utopías. Nunca creímos que bajo los adoquines estuviese la playa. Para nuestra generación, pedir lo imposible ec cualquier cosa menos ser realista. Es cierto que eran años de represión social, sexual y política, pero ellos tenían algo que nosotros jamás tendremos: esperanzas. Tangibles, sentidas, fe en que todo puede cambiar. Creo que sólo una minoría piensa realmente que podemos dar otra vuelta de tuerca a los engranajes del mundo.
Mayo del 68 fue imprescindible para avanzar y demostrar que los poderes, oficiales y fácticos, no lo tenían todo tan controlado como presumían. Pero la primavera pasó, incluso en Praga, y los conservadores siguieron moviendo los hilos del Gobierno francés. Treinta años después, un chico de Vallecas componía esta canción y, a mis 16 años, me preguntaba qué sería eso de "Al vent". Queda lejos aquel mayo. Demasiado.
"Y sin embargo, todo el mundo quiere respirar y nadie puede; y muchos dicen 'respiraremos más tarde'. Y la mayor parte no mueren porque ya están muertos".
María La Portuguesa - Marazu
Hace 22 horas
2 comentarios:
Hola, hace mucho que no tenía la oportunidad de escuchar tu blog, ahora tampoco, porque estoy sin tarjeta de sonido, pero esa canción me la sé de memoria :)
Un abrazo,
Laura.
Bienvenida de nuevo :) A ver si te haces pronto con una tarjeta de sonido para volver a disfrutar de canciones como ésta sin tener que hacer ejercicio de memoria.
1 beso
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