Recuperando el contacto con el suelo, poco a poco. Pero la maleta sigue en mi habitación, lista para ser llenada el jueves. Otro mar, otro salitre que inundará mis sentidos. Mi canción favorita de los Beatles suena de fondo mientras hago la lista de las cosas que necesito para el viaje. Qué dulce cansancio, qué fantásticos nervios en el estómago. Amor fraternal a raudales. Recuerdos que aparecen, de pronto, sin necesidad de mirar una fotografía. Ya estamos en junio y me encanta.
Deja al viento que nos cante su canción - Rebeca Jiménez
Hace 21 horas
2 comentarios:
Ayyyy, qué envidia... Llena la maleta con lo imprescindible, lo realmente bueno es que puedas irte a otros mares, otros rincones...
Ya nos contarás, eh?
Besos!
Vanessa
Hace tiempo que aprendí que las maletas sólo son realmente útiles para traer las cosas que no llevabas al inicio del viaje. Y no me refiero al champú ;)
1 besote!
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