martes, julio 29, 2008

Ismael Serrano- Ahora

Cosas que hay que hacer

Esperar a nadie debajo del reloj
contar las estrellas una noche de verano
echar afrodisíaco los domingos en la paella
embalar en una caja año y medio de relación.

Irse a Alemania un invierno a currar
decirle a las beatas que van a ir al infierno
salir a bajar la basura en alpargatas
emborrachrse la víspera de selectividad.

Regalar por un cumpleaños la placa de una calle
fumarte el primer cigarro el día mundial sin tabaco
desear que en la vida real Quimi se enrolle con Valle
leer con avidez la crónica urbana del tío Paco.

Aprender a abrir las puertas con una horquilla
declarar en un juicio como testigo
cambiar el cromo de conmigo por el de contigo a una colegiala con falda en la Alamedilla.

Angustiarse por lo que no fue y pudo haber sido
regalarle a una china una rosa de las que vende
ponerle velas de quinientas pelas a Cupido
terminar de una vez la historia de Michael Ende.

Tratar a las camareras con educación
aguar la vida si está demasiado salada
mear con la tapa bajada en los bares que tienen reservado el derecho de admisión.

Soñar con los abdominales de Jesuscristo
vender poesías a veinte duros en el metro
escuchar a bronquíticos ejecutar sinfonías
jugar al veo-veo observando sin ser visto.

Ignorar cuál es el momento ideal para besar
pedir en los kioscos caramelos "melaempine"
llorar solo en la última fila del cine
saber que son camellos Melchor, Gaspar y Baltasar.

Mirar a un vecino fijamente en el ascensor
acudir en masa a los psicoanalistas argentinos
creerte tan malo como "El Lute" o Antonio Anglés cuando inocentemente mangas los cascos del Auto-Res.

Hacerse ginecólogo como tributo a las mujeres
procurar que no se extinga la palabra "cubata"
comprobar que la bomba de sodio-potasio no mata
ir a clase sin haber hecho los deberes.

Aumentar la letrar pequeña de los contratos
amar al amor sobre todas las cosas
curar los ardores del alma con bicarbonato
desear que vuelvan los días de vino y rosas.

Llamar a la Policía si la luna no mengua
suprimir de nuestras vidas cualquier tipo de horario
tener de libro de cabecera el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua.

Presidir una cofradía de laringectomizados
comer ajo sin importarte un carajo el aliento
considerar el primer beso como un sacramento
sentirse como en la carretera un perro abandonado.

Desconocer qué es el estómago y qué la barriga
robar en el Dia cuarto y mitad de autenticidad
comprobar que el amor de una noche calienta, no abriga
ser solidarios como prometimos en Navidad.

Enamorarse de tu profesora de literatura
echarle un billete a los cantautores callejeros
arbitrar un partido de casados contra solteros
tocar en un grupo que se llame "Amargura".

Deleitarse con el tacto de unas bragas elásticas
asistir como ponente a una conferencia sobre nada
reírse de la ignorancia de los que pintan esvásticas
conocer a una madrina que a la vez sea hada.

Cocinar con aciete corporal de los gladiadores
arrebatar la inocencia a las jóvenes adolescentes
averiguar si alguien se deprime con lo deprimente
dilucidar qué años de la vida fueron los mejores.

Arropar a los alcohólicos cuando tiritan
tatuarte el nombre de la mujer de tu vida
dudar de los "te quiero" de las despedidas
rebajar el whisky con agua bendita.

Manifestarse para que los poetas cobren paro
descubrir con Almodóvar el sexo femenino
experimentar la crueldad del desamaparo
perseguir a Eva de los Andes a los Apeninos.

Buscar la felicidad en el fondo de los vasos
irse de Erasmus al país de las maravillas
quedarse en los huesos por no digerir los fracasos
arrodillarse ante el milagro de las lentillas.

Pasar de esperar y tomarse la vida pr asalto
hasta que te hagan morder por pimera vez el asfalto
resignarte ante el "sigue buscando" de la vida
hacerle a los difuntos llamadas perdidas.

Subir al monte de Venus de tu geografía
pedirle a la más fea que te conceda este baile
morir de una sobredosis de melancolía
leerse el Lazarillo escrito en braille.

Desatar un orgasmo múltiple con un verso
escribir a un viejo amigo cada 20 de abril
ir por equivocación a un teatro a ver un vodevil
pensar que importas respecto a todo el universo.

Pegarle un tiro en la nuca a la soledad
ignorar a los que creen que la sal es azúcar
haber escrito este "cosas que hay que hacer" con toda mi humildad.



Hace siete años que leí este texto por primera vez. Hoy saqué el papel de periódico amarillento que entonces guardé para acordarme el resto de mi vida de estas cosas que hay que hacer. El autor firmaba como Adán. Seas quien seas, gracias.




No podía ser otro.

2 comentarios:

Mikel dijo...

Hoy es siempre todavía, ya sabes.
Un beso!

Anónimo dijo...

Maravilloso, gracias!!!

y besos!!!