"...y ya nadie canta Al Vent, ya no hay locos ya no hay parias, pero tiene que llover aún sigue sucia la plaza". Yo no podría decirlo mejor que Ismael Serrano, o más bien que su hermano Daniel, autor de la letra de "Papá cuéntame otra vez". Nuestra generación se caracteriza por el desencanto y la abulia. Los jóvenes no nos unimos para emprender revoluciones que cambien el mundo o, al menos, un parte de la realidad que no nos guste. No hay Primavera de Praga, Mayo del 68 ni Revolución de los Claveles. ¿Somos víctimas del momento histórico que nos toca vivir o estamos faltos de ideales? El otro día, una psicóloga decía que los jóvenes no saben casi nada de política. ¿Cómo puede ser si somos la generación mejor preparada académicamente? No creo que esto sea cierto, auqnue reconozco que hay una gran falta de interés por los asuntos políticos. Y me parece grave.
No digo que te tengas que sentir reconocido con el ideario de un partido político y menos en el bipartidismo que vivimos, pero no podemos dejarnos llevar. La abstención del 22,79% de la población en las elecciones generales del 2004 me parece un hecho muy triste. Y veo como mi padre recibe estos datos con tristeza y recuerda que él no pudo votar hasta los 30. Y también recuerdo su emoción cuando, con mis 18 años recién cumplidos, le acompañé a depositar mi voto en las urnas. He discutido mil veces con mis amigos este asunto, no entiendo esa dejadez. Con lo que costó poder votar en este país, los que se quedan en casa me parecen unos desagradecidos. Si no estás de acuerdo, vota en blanco y manifiesta así tu protesta.
Así que, si no nos involucramos siquiera en uno de los derechos fundamentales del ciudadano, ¿cómo podemos esperar que se produzca un cambio en otros aspectos? Claro, con este panorama parece impensable volver a vivir una de las revoluciones antes mencionadas. Ahora las protestas se hacen en forma de botellón. Botellón para pedir una vivienda digna, botellón para decir "No a la guerra" (menos mal que con esto hubo manifestaciones multitudinarias y serias, si no habría perdido la fe en la ciudadanía comprometida), botellón para protestar contra el cambio climático... Y así esperamos que nos tomen en serio.
Menos mal que todavía quedan voces que nos levantan el ánimo. Y, como sún sigue sucia la plaza, creo que es indispensable recordar uno de los grandes himnos que caldeó corazones en tiempos difíciles. Ya no luchamos por la democracia, pero quedan otras muchas metas y el mensaje sigue estando vigente. Y, ojalá todos cantemos "Al Vent".
Al vent,
la cara al vent,
el cor al vent,
les mans al vent,
els ulls al vent,
al vent del món.
I tots,
tots plens de nit,
buscant la llum,
buscant la pau,
buscant a déu,
al vent del món.
La vida ens dóna penes,
ja el nàixer és un gran plor:
la vida pot ser eixe plor;
però nosaltres
al vent,
la cara al vent,
el cor al vent,
les mans al vent,
els ulls al vent,
al vent del món.
I tots,
tots plens de nit,
buscant la llum,
buscant la pau,
buscant a déu,
al vent del món.
AL VIENTO
Al viento,
la cara al viento,
el corazón al viento,
las manos al viento,
los ojos al viento,
al viento del mundo.
Y todos,
todos llenos de noche,
buscando la luz,
buscando la paz,
buscando a dios,
al viento del mundo.
La vida nos da penas,
ya al nacer es un gran llanto:
la vida puede ser ese llanto;
pero nosotros
al viento
la cara al viento,
el corazón al viento,
las manos al viento,
los ojos al viento,
al viento del mundo.
Y todos, todos llenos de noche
buscando la luz,
buscando la paz,
buscando a dios,
al viento del mundo.
Madrid - Pajaro Sunrise
Hace 1 día
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